22 noviembre 2013

“Todos tienen derecho a saber qué pasó con Luciano”

Entrevista a Rosaura Barletta, parte del grupo de familiares y amigos de Luciano Arruga que acampan en el ex destacamento policial de Lomas del Mirador.

    El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) inició el martes 19 de noviembre los peritajes en el ex destacamento policial de Lomas del Mirador, donde fue visto por última vez Luciano Arruga en 2009. El comienzo de esta investigación era uno de los reclamos del grupo de familiares y amigos del adolescente desaparecido, que llevan más de un mes de acampe en la parte delantera del edificio en el marco de la Campaña por el derecho a saber.

    “Es un avance muy grande en relación con el derecho a la verdad”, dijo en Comunidad al Palo! Rosaura Barletta, que forma parte del grupo que realiza la vigilia. En ese sentido, consideró que el inicio de los peritajes tras 35 días de acampe, dos años de reclamos y habiendo transitado todos los pasos institucionales posibles es “esperanzador” porque demuestra que “tenemos el poder de cambiar las cosas”; aunque también es “triste” porque hay familias que respetan las instancias institucionales y “no obtienen ninguna respuesta”.

Familiares y amigos de Luciano Arruga en el acampe en el ex destacamento de Lomas del Mirador. Fuente: La Garganta Poderosa.


   El equipo forense comenzó la investigación por orden de Juan Pablo Salas, juez federal n° 1 de Morón, que está a cargo de la causa. Primero removerán los escombros y limpiarán el lugar; luego, procederán a identificar huellas e incluso posibles restos óseos. “El peritaje viene a dar una certeza total –afirmó Barletta– porque se trata de una excavación. Se va a terminar de saber si Luciano está ahí, qué sucedió con él y si hay muestras de ADN que cotejar”.

    La importancia del peritaje forense radica en que va a “terminar con las dudas” que existen en relación al ex destacamento como sitio de prueba. “Todos tienen derecho a saber qué pasó con Luciano; no es un patrimonio nuestro”, sostuvo Barletta. Asimismo, remarcó que  “tenemos la misma incertidumbre que cualquiera” y que por eso “estamos tratando de manejar la información con prudencia”. “No queremos que nuestro mensaje político termine en conjeturas personales”, expresó.

Peritajes anteriores

    El peritaje forense no es el primero que se lleva a cabo en el ex destacamento de calle Indart. El primero de ellos se realizó con perros adiestrados y arrojó indicios positivos en la comisaría, en un patrullero y en Monte Dorrego, un descampado cercano. Este tipo de rastreos tiene una exactitud del 80 por ciento.  

    El segundo se hizo con luminol, un líquido que reconoce sangre que no puede apreciarse a simple vista. Se efectuó en 2011, dos años después de la desaparición de Arruga. “Las paredes del destacamento estaban llenas de sangre, pero por el tiempo transcurrido no se podía comprobar si era de Luciano”, expresó Barletta.

    Por último, la tecnología del geo-radar también dio resultados positivos: identificó movimientos de tierra en ex la dependencia policial.

El “espacio para la memoria”

    La otra exigencia que llevó a los familiares y amigos de Arruga a realizar la vigilia es que el lugar donde funcionó hasta 2011 la comisaría donde detuvieron al joven se convierta en un “espacio para la memoria” una vez finalizados los peritajes forenses. “Para esto necesitamos que el poder político nos firme un comodato, que es la figura legal por la cual podríamos acceder a la casa antes de que se efectúe la expropiación”, explicó Barletta.

    El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, visitó el lugar del acampe y se comprometió a cumplir con este segundo reclamo. Según contó Barletta, la Secretaría emitió un comunicado oficial en el que afirma que las organizaciones podrán disponer del ex destacamento una vez finalizados los rastreos.

    Barletta fue muy crítica respecto del desempeño de los funcionarios públicos en la causa Arruga. “En un principio estuvimos dispuestos a negociar determinadas cuestiones y a compartir actividades con el Estado –señaló–, pero después entendimos que no está preparado para trabajar con familiares de víctimas de violencia institucional”.

    Por tal motivo, señaló que quieren “trabajar con independencia del Estado”. “Es lamentable, pero no nos vamos a arriesgar a trabajar con personas que nos han faltado el respeto”, finalizó.

La causa

    Luciano Arruga desapareció el 31 de enero de 2009, tras ser secuestrado en Lomas del Mirador –partido de La Matanza– por efectivos policiales que, según afirman sus familiares y amigos, lo habían obligado a robar.

    Recién a principios de este año la causa evidenció algún movimiento. En febrero cambió de carátula: de “averiguación de paradero” a “desaparición forzada de persona”; además, por decisión del Ministerio de Justicia y Seguridad provincial, ocho efectivos de la Policía Bonaerense fueron separados de la fuerza por estar sospechados de haber detenido ilegalmente y torturado a Arruga.



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