El
jueves a la tarde en la parroquia Nuestra Señora del Valle se realizó una nueva reunión convocada por el secretario de Control Urbano,
Gustavo Luzardo, en la que se
acordó que la zona roja funcione en las calles 52 e/ 115 y 121. Como estaba
previsto, del encuentro participaron padres y alumnos de los colegios Albert
Thomas y Nuestra Señora del Valle, además de vecinos de la zona del Bosque y de
la histórica zona roja. Luego de pedir que se las incluya en esa instancia de
diálogo, finalmente también formaron parte del debate integrantes de la
asociación OTRANS.
“La
idea no era confrontar entre los vecinos de la zona del Bosque y los que habían
hecho un acuerdo con nosotras, ni tampoco confrontar a la comunidad educativa
con las personas trans”, manifestó Vásquez, y agregó que “la idea era llevar un
trabajo conjunto, superador, donde nos involucremos todos y todas”.
La reubicación a 115 e/ 54 y 60 –tal lo
acordado entre OTRANS y la Municipalidad– había sido suspendida el jueves de la semana pasada, luego de una reunión entre
Luzardo e integrantes de las escuelas mencionadas. Días antes de aquel
encuentro, padres y alumnos del Albert Thomas hicieron un abrazo simbólico al colegio
y firmaron un petitorio en rechazo de la reubicación que
enviaron a la Municipalidad y al Concejo Deliberante.
Expresiones contra el traslado al Bosque
Al conocerse el acuerdo de traslado de la
actividad sexual callejera al Bosque hubo diversas manifestaciones públicas en
rechazo de tal decisión. Una de las primeras en conocerse fue la posición Diana
Sacayán, referente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL),
quien había expresado que “con
una nueva zona roja no se van a solucionar los problemas de fondo”. También opinó
que “no pretendemos que se nos confine a la zona más oscura del Bosque para ser
prostitutas hasta la eternidad”, refiriéndose a la necesidad de establecer nuevas
formas de inclusión laboral y social para el colectivo trans.
Por otra parte, y en el marco
de la convocatoria por el Día Internacional contra la Homofobia, la Lesbofobia
y la Transfobia, distintas organizaciones pro diversidad sexual también se habían
manifestado contra el intento de relocalización. En esa oportunidad definieron al
Bosque como “una de las zonas más aisladas y liberadas de la ciudad” y afirmaron
que con la decisión del traslado se “profundiza el aislamiento e
invisibilización de identidades, problemáticas y cuerpos disidentes”.
Consultada sobre estas expresiones,
la presidenta de OTRANS declaró que la organización que representa no está discutiendo si la
prostitución tiene que ser un trabajo o no, sino que están destrabando “un
conflicto de violencia entre vecinos, la policía y las compañeras trans”. En
ese sentido, afirmó que “cuando hay una problemática concreta en la que se
necesita una solución urgente, me parece que hay prioridades” y que desde
OTRANS están pensando “en que no se violenten los derechos humanos de las
compañeras”.
Escuchar la entrevista a Claudia Vásquez Haro, presidenta de OTRANS.