Mokape es una cooperativa de
trabajo que armaron los músicos de tres bandas locales, a la que se fueron sumando
fotógrafos, diseñadores gráficos, artistas plásticos y hasta un sonidista.
Surgió a mediados de este año, impulsada por la necesidad de trabajar en forma
autogestionada y la voluntad de generar otros circuitos culturales organizando
eventos en los barrios y en espacios públicos.
Su nombre se formó a partir de las bandas que la armaron: De Mochilas, Kavure'i y Pepe Cuervo y la Sonora Inestable, todas ellas ligadas a la música popular latinoamericana. Hasta el momento se presentaron en conjunto en dos oportunidades, la primera en Plaza Italia en el marco del Festival por la Cultura Posta –realizado en simultáneo en siete espacios diferentes de la ciudad– y una segunda vez en una fiesta organizada por ellos mismos en el bar Guajira (49 entre 4 y 5).
Según explicó Santiago Páez, músico y miembro de Mokape, en diálogo con Comunidad al Palo!, uno de los
principales objetivos del colectivo es “descentralizar la cultura y el arte,
que no todo pase por el centro sino también poder arrimarlo a sectores
marginados de la sociedad o excluidos del circuito artístico”. Esa es la
mentalidad con la que buscan organizar eventos en espacios públicos o kermesses en los distintos barrios, a los
que pueda asistir toda la familia y tratando de no excluir a nadie. “La idea
fue pasar una gorra y que el que quiera y pueda colabore, sin negarle el arte a
nadie”, ejemplificó Santiago haciendo referencia a la movida en Plaza Italia.
El otro de los objetivos fundantes de la cooperativa tiene que ver con
la condición de trabajadores del arte de sus integrantes y, explican, está
ligando con la falta de reconocimiento de su esfuerzo que reciben en la mayoría
de los escenarios de la ciudad. “Hay muchos lugares que te cobran para tocar y
hay muchos músicos que están creyendo que eso tiene que ser así y están
acostumbrados”, relató el músico, y agregó que pareciera que el arte “fuese un
juego o un hobby, y no se entiende el trabajo que hay detrás de todo eso”.
Además de los eventos que seguirán organizando –la próxima fecha será el
18 de octubre–, para fortalecerse como cooperativa están pensando en armar un
fondo común con el que puedan responder a los problemas que vayan teniendo, como
la rotura de instrumentos y artefactos de sonido. También esperan conseguir un
lugar físico y convertirlo en una sala de ensayo “para que las bandas que no
tengan un lugar de ensayo, puedan ensayar a precios populares”.
Visibilizar problemáticas y articular experiencias
Lejos de encerrarse en sí mismos, las integrantes de la cooperativa se
muestran abiertos al diálogo y la participación con otros artistas a los que
les interese trabajar en forma autogestionada o ya estén encarando propuestas
similares. Eso los lleva a proyectar ideas y propuestas para el mediano plazo,
como la posibilidad de hacer un programa de radio para difundir grupos musicales,
buscando reforzar el reconocimiento del arte como producto del esfuerzo e
“intercambiar trabajo con otras bandas”.
Tampoco descartan la posibilidad de publicar una revista, para
entrevistar bandas y cooperativas de arte y buscar solución a los obstáculos
que tienen los artistas “para llegar a transmitir y llevar su arte a todos
lados”, proyectó Santiago Páez.
En la búsqueda de nuevas herramientas para fortalecerse como cooperativa
de trabajo, el viernes 3 de octubre participaron de una charla en el auditorio
de la Facultad de Bellas Artes a la que asistieron integrantes de la Federación de Cooperativas de Trabajo (FECOOTRA) y la Unión de Músicos Independientes (UMI). También participaron de la jornada representantes del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCo) y la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación
Audiovisual (AFSCA).